- Aumentos sustanciales en el financiamiento público. Hoy en día, la financiación de la investigación está entre el 0,3% y el 1% del PIB anual, muy por debajo de los niveles de inversión en los países nórdicos y las naciones de Asia oriental.
- Un enfoque continuo en el servicio nacional y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Una de las fortalezas de las tradicionales ‘universidades cordobesas’ ha sido su compromiso con el desarrollo nacional y social. Es esencial conservar esta tradición y visión.
- Una configuración de gobierno moderno que permita la selección profesional de líderes universitarios a nivel internacional, una práctica que, irónicamente, es aceptable cuando se trata de elegir al entrenador del equipo nacional de fútbol, pero que se considera sacrílega para las universidades. Además, las universidades son instituciones complejas que requieren un equilibrio de gestión y liderazgo profesional y académico.
- Autonomía y libertad académica, junto con la rendición de cuentas al gobierno, la principal fuente de financiamiento, y a la sociedad.
- Tamaño manejable. La mayoría de las universidades de clase mundial tienen matrículas de 40,000 estudiantes o menos, y tienen una gama bastante completa de programas académicos tanto a nivel de pregrado como de posgrado.
- Interdisciplinariedad. Las universidades emblemáticas tienen estructuras e incentivos que fomentan y permiten la enseñanza y la investigación en todas las disciplinas. Esto es notablemente deficiente en muchas universidades latinoamericanas.
- Internacionalización. Las universidades latinoamericanas generalmente están rezagadas con respecto a sus pares globales en conexiones internacionales, becas colaborativas e investigación y movilidad. Todos los aspectos de la internacionalización son importantes, incluida una mayor atención al uso del inglés para la movilidad internacional y la investigación colaborativa, siempre y cuando siga siendo el principal medio de la ciencia y la erudición globales.
Porqué Latinoamérica necesita universidades de clase mundial
En un contexto en la cual se realizan cambios inusuales a la actual ley universitaria, conviene revisar la publicación de Philip G Altbach y Jamil Salmi en su artículo Why Latin America needs world-class universities (universityworldnews.com), haciendo una comparación con la famosa reforma de Córdoba, dan una serie de recomendaciones para que nuestras universidades puedan alcanzar el estatus de universidad de clase mundial, un término popularizado por estos autores: