La autoevaluación en los colegios

Las instituciones educativas de educación básica probablemente sean las que presenten más resistencias al cambio mental, cultural y organizacional que supondrá todo el proceso de acreditación de la calidad educativa. Y me refiero a la mayoría de los colegios estatales, así como a los privados (con excepciones en ambos casos).
Para empezar, todo este énfasis en lograr un sistema de evaluación y acreditación de la educación ha provenido del nivel educativo terciario (mal llamado superior); hace más de 5 años que las principales universidades realizan procesos de autoevaluación con el fin de mejorar sus procesos, y a partir del año 2003 se abren oficialmente en varias de ellas «unidades de acreditación» u «oficinas de calidad universitaria». Para este año se presume que más de 50 universidades en el país cuentan con un área dedicada especialmente a los procesos de autoevaluación.
Pero ¿las instituciones de educación básica? ¿Cómo se formarán los comités de autoevaluación? ¿qué conceptos manejan de la autoevaluación? Es muy difícil saberlo, por lo menos desconozco de investigaciones que hayan hecho un diagnóstico sobre los conocimientos que tienen los principales actores educativos sobre el tema. Sin embargo, se puede colegir que las herramientas de gestión eficiente y eficaz que caracterizan a las empresas aún no logran impregnarse en los directivos escolares. Basta conversar con un grupo de ellos acerca de «cómo mejorar la escuela», «cómo evaluar la institución». En muchos casos se cree que el problema es curricular; es decir, que cambiando un curso o dos la calidad de la escuela mejorará; o que despidiendo a un docente y contratando a otro haremos un cambio. Esto sin mencionar el sesgo conceptual que tienen sobre la palabra «evaluación» que muchas veces es sinónimo de «control» o «calificación». También hay que tener cuidado con las declaraciones de algunas autoridades del MED, ya que la acreditación no conducirá a un ranking de instituciones como quisiera Idel Vexler (nota del Comercio), decir alegremente esto distorsiona el mensaje de fondo del sistema.
Es tiempo de sensibilizar a la comunidad educativa, en sus manos está el tema de la calidad.

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