Centro derecha liberal es una rara coordenada acuñada por Sinesio López para referirse al sector de liberales que apoyaron (que apoyamos) abiertamente la candidatura de Ollanta Humala. Algo descolocados quedan los liberales que apoyaron a Keiko Fujimori luego de la segunda vuelta y que mediante una serie de también sólidos argumentos defendían el voto naranja.
Cosa rara entre un familia libertaria que en cientos años de tratados, ensayos y libros han consensuado una posición firme frente al autoritarismo, el Estado y las libertades civiles. Apoyar a ambos era apoyar a ninguno y sabemos que subirse a un auto en movimiento es arriesgado sobre todo si el chofer no sabe a donde dirigirse, en ambos casos sucedía lo mismo; en los últimos años lamantablemente ha estado sucediendo lo mismo, hemos estado apoyando algo extraño.
Hace unas semanas los grupos de izquierda alejados del gobierno lamentaban en voz alta su incapacidad de constituir una fuerza política. Mientras que los liberales nos hemos conformado con indicadores económicos en azul, los pocos políticos están repartidos en todos los partidos desde el PPC hasta la increíble Fuerza Social, eso sí mientras el resto de la población pide más ministerios, más empresas públicas y más impuestos.
La comida chatarra puede causar obesidad y problemas cardiacos a largo plazo, de la misma manera una democracia endeble conduce a la conformidad y una dependencia a los favores del Estado. Si quieren protegernos frente a estos efectos nocivos deberían darnos la libertad de elegir los alimentos y las políticas. Los liberales defendemos la primera pero negamos participar en la elaboración de políticas públicas, en postular a un cargo público, en ganar. Estamos a tiempo de tomar decisiones, la izquierda ha sufrido el costo de apoyar a un pragmático lider y nadie sabe cuanto tiempo durará la cordura del gobierno, se necesita gente que sepa que elegir y a donde ir, podemos hacer algo.