El reciente TLC con USA que se ha estado discutiendo en el Congreso y en las calles tendrá (si se termina de aprobar) inteesantes consecuencias economicas, políticas, laborales, legales y educativas.
Si revisamos el documento que se está firmando con Estados Unidos podremos encontrar las implicancias educativas que ya se están poniendo en práctica: acreditación, certificación profesional, grupos de trabajo en algunas profesiones como ingeniería o arquitectura. ¡Claro!, no voy a decir que están operativas 100%, pero ya estamos en la ruta adecuada en esta materia.
Pero, ¿Es necesario que el sector educativo esté incluido en estos acuerdos?
Si, ya que ahora el comercio entre países involucra ya no sólo mercancias o productos, el comercio más importante entre los países se encuentra en el conocimiento que cada uno pueda intercambiar, sino contamos con una estructura legal y económica, con instituciones que respalden y fortalezcan a las instituciones creadoras de conocimiento, estaremos a la zaga y desaprovechando una fuente de riqueza y desarrollo.
Recomiendo para un mejor análisis el artículo escrito por Hugo Aboties que es muy esclarecedor al respecto, por ejemplo al contrastar la educación como un sector de servicios más con el valor histórico y social que nuestros paises latinoamericanos le han asignado desde sus orígenes, muchas veces como un baluarte de la identidad y proyecto nacional.
Por otra parte la tendencia a la internacionalización de la educación superior es evidente en muchas universidades que están buscando acuerdos de cooperación y desarrollo con pares extranjeros (a propósito del tema, San Marcos está organizando este evento), parafraseandome otra vez ¿de qué manera se pueden consolidar estos espacios de intercambio sino mediante una ordenación que integre el orden legal y económico con el del conocimiento?, quiero decir en otras palabras que la internacionalización debería motivar a las universidades a constituirse como empresas del conocimiento y a exigir al Estado la institucionalidad necesaria para su consolidación en este aspecto. Caso contrario perderíamos aquel manido tren de la historia.
Más:
Tratados de libre comercio, educación y educación superior por Hugo Aboties