Entre todos los procesos relacionados con la calidad educativa, la acreditación ha demostrado ser uno de los más confiables al evaluar instituciones educativas, especialmente en el ámbito de la educación superior. Esta verdad innegable también ha encontrado su aplicación en la educación básica. Y aunque no sea muy conocido en América Latina existen iniciativas de evaluación similares con el fin de mejorar a esta clase de instituciones. Repasemos algunos conceptos y ejemplos.
La acreditación de calidad en la educación básica, similar a sus pares en educación superior también implica un proceso de autoevaluación, evaluación externa y seguimiento que verifica el cumplimiento de estándares de calidad previamente definidos y consensuados por la comunidad educativa. Estos estándares o criterios pueden referirse a la convivencia escolar, los planes de estudios, la infraestructura, los procesos pedagógicos, y los resultados académicos entre otros aspectos relevantes para garantizar una educación de calidad.
En América Latina, la importancia de la acreditación de la calidad en la educación básica ha ido en aumento en los últimos años. Aunque en la educación superior esta práctica ha encontrado su lugar gracias a agencias de acreditación con experiencia, en el ámbito de la educación básica, este concepto aún está en proceso de establecerse por varias razones. Una de ellas es que la mayoría de la oferta educativa en este nivel proviene del Estado mismo. Además, se ha optado por implementar mejoras en términos de infraestructura y recursos para elevar la calidad de las instituciones en lugar de centrarse en la evaluación de las escuelas.
Sin embargo, es relevante señalar que se han tomado medidas similares en otros países de América Latina con el objetivo de impulsar la calidad en la educación básica. Estas medidas buscan abordar diversos aspectos que influyen en el rendimiento educativo, como la formación docente, la actualización de los planes de estudio, la implementación de tecnología educativa y la promoción de la participación de los padres de familia en el proceso educativo. A través de estas iniciativas, se pretende elevar el nivel de la educación básica y asegurar que los estudiantes reciban una formación de calidad que los prepare para los desafíos del futuro.
– Chile: Cuenta con el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Parvularia, Básica y Media y su Fiscalización que tiene por objetivo asegurar el acceso a una educación de calidad y equidad para todos los estudiantes del país, para lo cual se realizan actividades de evaluación y fomento de la calidad entre el Ministerio de Educación y la Superintendencia de Educación.
– Colombia: Para las escuelas privadas, se realizan evaluaciones institucionales con el objetivo de mejorar la calidad, a través de un proceso participativo y crítico, con apoyo de guías de evaluación. Existen formularios para colegios, otra para jardines, otro para establecimientos de educación de adultos y otro para proyectos de nuevos establecimientos educativos. Adicional a esto y para todas las instituciones cuenta con el Índice Sintético de la Calidad Educativa -ISCE– un indicador numérico que se enmarca entre la escala de 1 a 10 y que evalúa cuatro dimensiones: Desempeño escolar (40%), Progreso (40%), Eficiencia (10%), Ambiente escolar (10%).
– Perú: Desde el año 2006, se crea Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE) que tiene a su órgano operador al IPEBA como el responsable de la evaluación y acreditación de las instituciones de educación básica públicas y privadas, según sus propios estándares, los que puedes consultar en la matriz y guía de autoevaluación de la gestión educativa de instituciones de Educación Básica. Adicional a estos el Ministerio de Educación cuenta con la Oficina de Medición de la Calidad de los Aprendizajes iniciativa de evaluación de aprendizaje de implementar evaluaciones internacionales en las que participa el Perú, como PISA y LLECE.
En resumen, aunque los procesos de acreditación en la educación básica aún no se han generalizado como en el ámbito universitario y de institutos, existen diversas vías para evaluar la calidad educativa en sus diversas facetas. Estos mecanismos tienen como objetivo identificar áreas de mejora necesarias. Para lograrlo, es esencial fomentar la colaboración entre distintos grupos interesados e instituciones educativas. Además, se debe promover la reflexión y difundir información sobre lo que realmente implica una educación de calidad en las escuelas. De esta manera, se puede trabajar en conjunto para impulsar mejoras significativas en el sistema educativo y garantizar un aprendizaje de calidad para todos los estudiantes.