Aquí inicio una serie de post que voy a etiquetar como “no gracias”, los tenía bien guardados como borradores pero el comentario de @vicentejuan al último post me animó a sacarlos a la luz. La idea es darle una mirada critica y de este modo ampliar el panorama y encontrar otras soluciones al tema planteado.
Antes de continuar, recomiendo revisar el tema original: “Universidad de clase mundial, de Malasia al Perú”, o seguir la discusión gracias a los aportes de Dante, en el facebook
El tema de la universidad de clase mundial, ha cobrado una relativa importancia a partir de la publicación de rankings mundiales, lo que ha supuesto mayor visibilidad y comparabilidad entre las universidades del mundo. Por ello, algunos autores (el más conocido Jamil Salmi) han establecido algunas características comunes a las mejores universidades: atraen el talento (estudiantes y docentes), cuentan con recursos (debido a sus variadas fuentes de financiamiento) y tienen un gobierno que facilita la competitividad sin perder la libertad académica.
Sin embargo, plantear estándares comunes para las los diferentes tipos de instituciones universitarias podría resultar contraproducentes ya que se pierde de lado el aspecto sociocultural y la propia identidad de la universidad, ¿Cómo ser una universidad de clase mundial, cuando ni siquiera lo somos para nuestra comunidad?
Veamos la opinión de los directivos universitarios, sobre los resultados en los rankings universitarios.
¿Cuál es el impacto de tu universidad? Pero primero, ¿tienen indicadores de gestión que evalúen el impacto?