La semana pasada apareció el ranking de universidades de la Times Higher Education, lo que ha causado revuelo en Chile, México, España, entre otros, año a año el impacto de estos rankings ha crecido, debido a su carácter popular y una mayor facilidad para entender sus criterios de calificación.
Lo importante de estos resultados, tanto (pero no comparables) como los que se suceden luego de los de PISA o UNESCO (pero que tampoco son importantes por estos lares) es la calidad del diálogo sobre el papel de la sociedad (o del Estado) en la formulación de políticas públicas en educación superior, algo inexistente por estos lares.
Mientras tanto, nuestros únicos puntos de agenda en educación superior serán los referidos a la espera eterna de una nueva ley universitaria (que deroge urgentemente a una ley actual desfasada e hija de la constitución anacrónica del 79), y la homologación de sueldos de los docentes universitarios (contemplada en la actual ley universitaria).
Más info con los amigos de IES: La obsesión por el ranking o el mundial de universidades
o con JJ Bruner: A propósito de los rankings
Ah, como anécdota, la única universidad latinoamericana presente en el ranking es la UNAM de México.