El velasquismo, una promesa incumplida

Amor-odio es la relación que tenemos algunas personas con respecto a este periodo de la historia peruana, mi padre me contaba sobre el tema, sobre la debacle económica a la que nos conduzco esta dictadura militar, pero también me habló sobre la reivindicación del campesino, de los discursos efectistas que sacudieron a muchas personas de entonces pero que dejaron al país en la recesión y más pobreza, algo que nos suele pasar cada diez o quince años aproximadamente.

Y bueno, luego de años me tocó leer algo de esta historia con más información contextual en las clasesy realizar un resumen del capítulo dedicado al Perú del muy recomendado libro del Dr. Javier Alcalde: Los estados fallidos: la influencia del desarrollo. Curiosamente lo posteo porque prometí subir estos contenidos al blog, coincide con la probable elección de uno de sus admiradores.

Ideas Principales.

América Latina a finales de los 60 ya había sido testigo de una serie de reformas en los últimos años (México, Brasil, Argentina), por ello vivíamos en un contexto de cierta tolerancia norteamericana hacia los cambios en la región, evitando de este modo estallidos de violencia más conflictivos que pueda hacer peligrar sus inversiones. En Chile habían auspiciado las reformas del gobierno del moderado Frei, aunque evitaron luego a toda costa el gobierno de Allende.

A nivel interno, en el Perú las expectativas por un cambio en la dirección política y económica se habían gestado en la década pasada, una nueva clase media y sectores populares marginados como el campesinado y la población indígena empieza a reclamar cambios en la distribución de las oportunidades. Antes del gobierno militar de Velasco, el Perú mantenía su estructura de poder influenciado por una élite dominante que conforma en el tiempo una oligarquía capitalista, esta mantenía redes de influencia a nivel provincial gracias a un sistema económico que lograba sus propios objetivos productivos, así muchos de ellos hayan compartido rasgos feudales.

Los cambios realizados en otros países de la región como México, Brasil o Bolivia llegan relativamente tarde a nuestro país de la mano del reformista Belaúnde; sin embargo las expectativas son demasiadas altas, ante una amenaza de cambio violento disruptivo las fuerzas armadas inician un gobierno caracterizado desde su fundación por un espíritu de cambio (aparte de sus rasgos dictatoriales) ya que realiza una reforma agraria más agresiva en relación al anterior gobierno, además de una marcada posición nacionalista en materia economía priorizando el desarrollo industrial. Velasco es uno de los pocos gobernantes que realiza una reforma estructural al reemplazar la estructura política que se mantenía vigente por otra en la cual el poder militar asume un papel importante y que se extiende a todos los ámbitos de la vida económica y cultural.

La identidad de las reformas son claras y van de la mano con las expectativas generadas a lo largo de la historia republicana. Sin embargo las propuestas para el cambio no son las adecuadas en una situación económica internacional que no es favorable para el país, si bien es cierto en los primeros años estas reformas tienen un aparente éxito debido al incremento de sueldos y los evidentes beneficios a corto plazo que la reforma agraria significó para los campesinos a nivel reivindicativo sumado a los créditos y préstamos que recibió del exterior para la mejora del sector industrial, el subsidio al combustible y otro productos. Pasada esta etapa inicial se produce una lógica caída económica en la producción, producto de la falta de tecnificación en el campo que provocaría posteriormente la caída de la etapa reformista del gobierno militar.

Agreguemos la falta de una burocracia estatal que se haga cargo de las nuevas responsabilidades que adquiere el Estado al nacionalizar varias empresas una burocracia hasta ahora inexistente; el énfasis al desarrollo industrial y de manufactura descuidando el sector agrícola. La reforma agraria fue eficaz en igualar las condiciones de los campesinos que se percibían explotados en el régimen anterior, pero no en el siguiente paso, el de desarrollar una producción agrícola que permita dinamizar la economía en función de este sector, un consuelo pero ineficaz.

Apreciación:
Se juzga este periodo peruano desde 2 puntos de vista casi irreconciliables en resultados, el económico y el social. A nivel económico los resultados no acompañaron al periodo militar, el social puede tener un mejor resultado debido a la homogenización de las condiciones de acceso al poder que se dieron y la reivindicación moral del campesino y de la clases bajas.
El contexto en el cual se sucede el golpe de estado, es prerevolucionario, hay amenazas evidentes de levantamiento, la influencia de guerrillas, una revolución cubana que puede servir de inspiración a movimientos peruanos, etc. Sin embargo no llega a gestarse una verdadera revolución, los cambios no fueron desarrollados y la élite industrial era muy poca participativa, no se pudo consolidar el salto hacia un Estado promotor, podríamos comparar este periodo con la caracterización de revolución establecida por Crane Brinton de  la siguiente manera:

  • Cambio en la élite. Si bien se cambió en principio la élite política no hubo continuidad por no encontrarse preparada una burocracia que pueda suplirla adecuadamente.
  • Cambio institucional, en este sentido el Perú se convierte en un referente de la estatización y la intervención en la economía a nivel latinoamericano. Las empresas nacionales dominan el escenario económico, una nueva estructura que demoró años en reformular.
  • Cambio régimen económico, se pretendió crear comunidades económicas sin éxito, cooperativas, que la propiedad sea social, etc., ninguna logra consolidarse en el tiempo.
  • Cambio de valores, las reivindicaciones nacionalistas, el apoyo a la cultura popular y expresiones artísticas de las regiones fueron una de las características más resaltantes, sin embargo no fue acompañado sistemáticamente por un proceso educativo que logre propiciar nuevas concepciones según establecieron sus teóricos. Paradójicamente la resistencia de los sindicatos fue muy fuerte, 20 años después lo ensalzan.

1 comentario en “El velasquismo, una promesa incumplida”

  1. Efectivamente, son temas sobre los que hay de volver a reflexionar de tiempo en tiempo. La pregunta que debemos responder va en la línea del binomio velocidad vs dirección, es decir, con la reforma agraria se buscaba acelerar el proceso de desarrollo o un cambio de dirección respecto a las estructuras sociales y económicas, si es lo segundo habría que preguntarse si era la única manera de generar una mayor homogeneidad o podría haber otra?

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