El futuro de los doctorados

Los programas de doctorado son el máximo nivel de estudios en un sistema formal de educación. Se consideran una herramienta primordial para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) en América Latina. Ya que es el nivel de estudios dónde se forman a los investigadores que generan nuevos conocimientos, impulsan la transferencia de tecnología y contribuyen a la solución de los problemas sociales y ambientales de la región.

Los programas de doctorado se orientan a la investigación avanzada. Por lo general, concluyen con la presentación y defensa de una tesis, que realiza una contribución significativa a un campo de conocimiento específico. Este tipo de programas se ofrece exclusivamente en universidades e institutos de nivel superior.

Sin embargo, los programas de doctorado en América Latina enfrentan varios retos, como la falta de financiamiento, la escasa articulación con el sector productivo, la baja movilidad académica y la limitada visibilidad internacional, y en el caso peruano una oferta desarticulada con las necesidades prioritarias para el país. Estos factores afectan la calidad y el impacto de la formación doctoral

Podemos agregar a nivel nacional, una oferta académica desproporcionada y una cuestionada calidad educativa, si nos basamos en los resultados de acreditación por ejemplo, hasta la fecha solo se cuenta con un programa acreditada de más de 432 contabilizados por la SUNEDU.

La preocupación por demostrar calidad en el ámbito académico es escasa, y se observa una oferta académica inusualmente inclinada hacia las ciencias sociales en Perú. Esta tendencia difiere notablemente de la situación en países como Colombia, Argentina y Chile, donde las carreras en ciencias naturales, ingenierías y ciencias de la salud tienen una mayor representación. En Perú, las leyes laborales fomentan los estudios doctorales especialmente en áreas como derecho y educación, lo que lleva a que muchos profesionales se vean impulsados más por incentivos económicos para avanzar en sus carreras que por un genuino interés en la investigación en sus campos de conocimiento.

Nos enfrentamos a múltiples desafíos en este nivel de estudios. El financiamiento limitado, la falta de articulación con el sector productivo y las restricciones en la movilidad internacional son solo algunos de los aspectos críticos que requieren atención. Si queremos fortalecer estos estudios, que representan no solo el último nivel para el estudiante universitario sino también el primer escalón para los futuros investigadores que el país necesita, es imperativo abordar estos temas de manera integral y estratégica.

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