Cuando en el 2005,apareció el ranking mundial del Times Higher Education Supplement, la noticia, soslayada por el mundo universitario, fue tomada como una anécdota por algunos rectores que la conocieron meses después en foros internacionales o cuando era mencionada por algún especialista en el tema. Sin embargo, lejos de aquí, en Malasia, el asunto se convertiría en cuestión de Estado, al conocerse la escasa presencia de sus universidades en el ranking (sólo 2 estaban presentes).
Parte de esta anécdota, relatada por Jamil Salmi en un articulo obligatorio para los interesados en el tema, formaría parte de la historia sino es porque aún en el 2009 pocos rectores o directivos universitarios desconocen el tema y sus implicancias para una futura reforma universitaria a escala global.
Conocidas también como “universidad con tendencia a la investigación”, “universidad de élite” y demás nombres, las universidades de clase mundial o “world-class university“ hace referencia a la universidad diseñada para la economía del conocimiento.
Entre otras cosas, lo que caracteriza a estas universidades es que disponen de profesores altamente calificados, investigación de excelencia (la mayoría publicadas en revistas indizadas), la calidad de la enseñanza, un gobierno de alto nivel así como fuentes de financiamiento no gubernamentales disponibles, estudiantes internacionales y talentosos, la libertad académica, estructura bien definida para la gestión autónoma, instalaciones bien equipadas para la enseñanza, la investigación, la administración, y, a menudo, la vida estudiantil (adaptado del articulo de Samil).
Resumiendo, 3 factores a tomar en cuenta: Concentración del talento (en docencia y estudiantado), Abundantes recursos (producto de diversas fuentes de financiamiento); y, un adecuado gobierno que facilite la competitividad sin menoscabo de sus libertades académicas. Todas estas en una armonía necesaria para funcionar serían las claves para estar en el privilegiado grupo de universidades top.
El término; muy marketero por cierto, ha sido quizás trivializado a raíz de la presentación de diferentes rankings mundiales entre las que destacan la tradicional THES (la inglesa del Times), y la más conocida y comentada en los últimos años: la ARWU (la china de Shangai). Como hemos comentado anteriormente, a veces nos fijamos excesivamente en los resultados sin tomar en cuenta los procesos o contextos que las hacen posible.
Sin embargo, el tema nada trivial por cierto, es que hace unos 30 años, Malasia fue un exportador de materia prima como lo es el Perú ahora, y fue la obsesión por salir de ese círculo vicioso y apostar por la investigación y la tecnología la que la ha puesto dentro del sitial actual, y es esa preocupación constante por su capital humano y la generación del conocimiento lo que convierte en un escándalo nacional, las escasas posiciones en los rankings.
Así que si eres un rector obsesivo por que tu universidad sea “world-class”, pues revisa el libro de Salmi: The Challenge of Establishing World Class Universities. O empieza con el paper.
Este post, ilustra el espíritu de competitividad, por la calidad universitaria.
La vida es esto. Prestémosle atención a los
detalles. Al calorcito humeante del pis, a sacar la basura, a viajar apretados
en colectivo. Si no disfrutamos eso, ¿qué nos queda?
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